viernes, noviembre 04, 2022

A distancia

Un destello que rompe la oscuridad del cuarto, me contagia de una extraña alegría que al surgir nace tiznada de nostalgia, una que me hace sonreír y sentir un sabor a luna llena, algo así como esa esencia a miel de estrellas al que tus labios me supieron, saben y sabrán, así sea solo en la simple memoria. De nuevo me nace esa necesidad de hacerte sonreír a cada instante y volver así mi pantalla una fiesta de luces parpadeantes, que me saben a eso, a tus besos, a vos.

Porque, para que más hablarte ahora, si no es para ayudarte a ser feliz, a dejarle a la sincronía de este mundo esa descarga de energía que suele hacerme olvidar la mortalidad y me vuelve eterno, más cuando estás a un suspiro de distancia. Al menos aun así se siente en ese reducto de mi ser donde habitas.

Entre tanto, con charlas que van y vienen, has dejado en libertad tu cabello y mientras tu voz me llena el silencio y armoniza la escena, aprovecho para irme como un duendecillo y visitando el paisaje donde alguna vez mis dedos fueron soberanos, dejando deslizar mi imaginación, hecha duende, por tus rizos, tu cabello ensortijado, ese cielo olor a coco.

Caes en cuenta que me he ido de paseo mientras hablas y me llamas la atención, frunciendo el ceño y señalándome con tu mirada, pero en vano, porque ahora me he perdido en la oscuridad de tus pupilas.

Disculpa, pero ¿Qué pretendes que haga, ah? ¿Acaso que ignore cada uno de los detalles que te componen y me bañan de felicidad? Si son cada uno de ellos los que mantienen mi aliento en esta lejanía insatisfecha, donde falta mi mejor sueño, el mejor rincón de reposo, la mejor textura que ha sentido mi tacto, donde me faltas vos; esta lejanía que me pone a acariciar la pantalla mientras cierro los ojos para engañar a mis sentidos con la sensación de tu tez, la misma que me deja frente a la pantalla mientras te miro sumergir en el mundo de tus sueños y al verlo, cierro mis ojos para sentir la tibieza de tus labios dejándome en el regazo de los míos.

Sonríe, suspira, mírame enfadada, gesticúlame con tus labios un beso o una mueca, ciertamente no importa mientras que pueda encontrarte tras esa ventana, mientras que pueda hacer cada noche una fiesta de luces nacidas de tus sonrisas, mientras me sigas trayendo a los sentidos tu sabor a luna y sepa que mi corazón sigue acompasado con el latir del tuyo, aunque no estas.


Jr.

 


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