martes, noviembre 04, 2014

Nota en la marejada

Me encanta nadar entre su sonrisa ajena y en el camino hacia ella, librar el espesor de sus cejas y columpiarme de sus pestañas, todo en la más infame clandestinidad, pues soy ante su mirada, solo otro elemento en el camino, una brisa más de los farallones o como una gota que se precipita anónima desde la tormenta.

Y aunque suelo resguardar con prudencia, cada letra que busca fugarse tras la idoneidad de sus lunares, la verdad es que cada cierta noche rompen el silencio y se aglomeran frente a su imagen, que fortuitamente ha aparecido ante mis ojos, incauta.

Entonces no hago más que dejarlas ser, agruparse frente a su mirada, como mejor les parezca, como ellas quisieran ser ante sus ojos u oídos, simplemente las dejo ser, así como ud a su alegría bendecida; y ahí, ante su imagen las dejo consumir en la noche.

Pero esta noche, sublevadas por los vientos que cruzaban por mi balcón, brincaron juntas buscando ser más que un suspiro efímero, queriendo ser una nota compartida en su memoria, hoy quisieron dejarle un momento de mi inspiración libre...

Vuelvo entonces a zambullirme en su sonrisa bendita, sin querer perturbarle su alegría, así como la brisa del mar o el roció del altiplano, solo volver a ser otro elemento más que disfruta de su vecindad en el paisaje. Siga ud por favor incauta, sin percatarse de mis palabras, pues créame que así ellas suelen ser más felices y completas, ellas así suelen formarse muy bonitas, sin temor a importunarle la mirada y la larga alegría.



ARDES.