jueves, febrero 15, 2018

Carta a la tercera respuesta.

Me encanta encontrar esa fresca naturalidad con la que corres de mostrar ternura a sensualidad, tan rápida como sutilmente. Disfruto pensar en la textura aterciopelada de tus cejas y la fragilidad de tu cintura entre mis brazos; en el aroma anónimo de tu cuerpo y que tan tibia sera tu piel. Pero más aun, me deleita la forma en que expresas libre tu sentir, como si fueras la protagonista de un breve espacio. 

Supongo que la idoneidad de tu existencia, es otro evento fortuito que me regala la vida para no dejar de soñar; que te mantienes distante tan solo para alimentar la magia que ha florecido sin siquiera tocarte. Un presente de Mab, para que no cese de volar.

Eres hoy, la más frecuente visitante de mis madrugadas, unas veces por tu voluntad, otras simplemente porque fluyes y te materializas en mi inspiración, justo en esos instantes de insomnio.

Debo estar perdiendo la cordura, al encontrarme así, divagando en la penumbra de las primeras horas del día, por causa de una leve silueta en mi imaginario, por una sonrisa coqueta, por una mirada expectante y esa voz que proyecta la belleza de un ser que se quiere tragar el mundo con su alegría y entusiasmo. 

Debo estar perdiendo la cordura, por dejar que esta noche de nuevo seas objeto de mis letras y le estés robando protagonismo a mi luna, por permitir que sigas alimentando estas ganas inmensas de escribir, las cuales ya sentía perdidas en la estela de mi ocio.

Fascina este evento imprevisto que me hace tu escritor y a ti mi musa, y se que de nuevo preguntaras ¿como fluye tan constante esto? Y simplemente no lo sé, llegaste tal vez en el momento indicado en que haría erupción mi imaginario, fuiste ese pequeño sismo que detonó un volcán de sensaciones que se adhirieron a ti como cóncavo al convexo. Solo se decirte que mientras sea permitido, disfrutare cada palabra que te haga sonreír y quien quita, algún vez hasta suspirar.

Ardes