Indagas el porqué de mi sentir, de lo insólito de la
correría de mis palabras hacia el abismo perdido de tu distancia. Y hoy,
después de transitar entre tus letras, creo tener una de las respuestas a esa
pregunta: simplemente mi subconsciente decidió hacerte caso y “perderte el
respeto”, de la misma forma en que lo pediste, transformándote en un ser idóneo
y etéreo, compuesto de adjetivos, pronombres y verbos, una superficie donde
plasmar a punto y coma y con metáforas, las extasíes que en él se proyecta desde
tus letras. Quiere narrar una historia, construir una saga, donde se encuentren
en coincidencia la idoneidad de nuestra condición y la versatilidad de nuestras
palabras. Una historia donde seas la tinta que alimenta mi pluma, mientras
invento estrategias para poseer en eternidad esa pasión que habita bajo tu
piel, la misma que maravilla en tu mirada y arrebata el aliento con tu sonrisa,
poseerla hasta llegar a lo más profundo de tu intimidad.
Henry. Ardes.