miércoles, marzo 07, 2018

Convenio 1.

Como el convenio es no mentir, entonces te lo diré sin más:

Ahora quiero escribir de vos,
ahora quiero tocar con mis letras la profundidad de las tuyas;
ahora que miré en tus ojos y habité un simple instante en la calidez de tu esquiva mirada;
ahora que deje a mis pensamientos irse tras tus pecas y pasearse por tus labios;
ahora que conozco la textura de tus manos, la suavidad de tu piel, el aroma de tu cabello.
Ahora quiero escribir de vos.

Ahora que saliste del valle de mis sueños;
ahora que caminas entre los bosques y navegas los ríos más profundos de mis sentidos.

Ahora que dejaste de ser etérea,
ahora que materialicé tú cintura entre mis manos y la circundé con la yema de mis dedos;
ahora que tu voz fue constante y tu sonrisa un suspiro de magia;
ahora que pintaste mi paisaje predilecto de tu alegría, de tu esencia irreverente.
Ahora quiero escribir de vos.

Ahora que sos un motivo de evocación;
ahora que dejaste de ser un susurro en la profundidad de mi inspiración.

Ahora que vuelas más fuerte en mí;
ahora que dejaste de aletear como mariposa, para hacerlo como un colibrí;
ahora que ya cruzas sin reparos por mis cielos y sin dejarte tocar.
Ahora quiero escribir de vos.

Ahora que la cercanía me hizo estremecer;
ahora que comprobé tu mágico existir y lo idóneo de nuestro encuentro.

Ahora que reconozco la peligrosa calidez de tu fuego,
ahora quiero escribir de vos, de tus defectos y peligros.
Ahora que quiero conjugar tu ángel y tu demonio,
ahora quiero escribir de vos, de tu alma y de tu cuerpo.
Ahora que te encontré tan así, tan idónea, tan vos…
Ahora quiero escribir de vos.


Ardes. Henry.




Nuestro Asunto

El asunto se genera al momento de querer componer una partitura sobre tu piel, grabando en cada recodo un fragmento de todas aquellas melodías que nos definieron antes y ahora, que nos conservaron pecaminosamente felices.

El asunto, es que se nos vuelven eternos los momentos e irresponsablemente se nos olvida el mundo, mientras la música nos escolta y acompasa en la penumbra.

El asunto es que tomar tu piel es el acto más irresponsable que cometo, pues anula cualquier otra realidad que no me sepa a ti, que no se sienta como tú, que no me huela a vos…

Para resumir esto, el asunto es que somos adictos a poseernos desde el tacto de los labios, hasta la profundidad de los suspiros, o sea, somos un asunto serio y de profundas aspiraciones.


Ardes.

Presentimientos.

Siento llegar un lapsus en el camino, un mudo espacio donde callan las palabras y los cuerpos. Siento que se dispersa la bruma de la mañana sobre las pieles exhaustas de tanta magia. Oigo sus pasos abandonar obligadamente el cuarto, dejando huellas que se sumaran a las marcadas en mi espalda, a las impresas en su alma. Veo sus labios partir satisfechos, probar el café, arquearse y sonreírle a un rayo de sol, salir y saborear el roció que se precipita desde los árboles, a su paso por el jardín. Siento la llegada de un breve rincón donde no habrán más ojos para leernos, ni otros sentidos de terceros para explorarnos. Presiento un nuevo paisaje en las mañanas y una nueva cuna para los sueños en las noches.

Siento más magia entre mis dedos y latir más la sangre dentro de mis venas.

Ardes.