jueves, octubre 11, 2018

Entre sueños



Ven y canta a mi oído, como el bolero al olvido;
ven y baña el rincón de mi alma, donde yacen mis sentidos;
ven y susúrrale a la vida, el deseo que nos llena.
Confiesa por los dos, este tormento inoportuno de amor.

Y entre tanto, en mis sueños serán mis manos
las que tomen en silencio tu cintura y espalda,
para en medio de aquel cielo poder amarlas
y comenzar a surcar tu tibia piel sin recato.

Y al ritmo del danzón verte contonear con gracia,
obsérvate con nitidez a los ojos y respirar tu aliento,
y después verte adornar mi cielo, mientras me apodero,
al compás del bolero, de la suavidad de tu cuerpo.

E iré así quedándome atrapado hipnotizado por tu voz,
mientras te fijas a mis ojos como silueta escarlata;
tu enamorada de la profundidad del espejo de mi alma,
yo perdiendo entres tus suspiros y contoneo, la razón.

Anoche entre sueños, bañe en la gloria de tus besos;
y nacía entre las lunas, fugaces estrellas que atestiguaban este amor.

Así se me vuelven vicio tus caricias,
al tiempo que se me hace efímeros tus besos.
Y la eternidad se va de juegos con el tiempo,
cuando al abrir los ojos no te encuentro.

Y es así como en la mañana el dolor rompe el firmamento.
Duele tu partida de este destino burletero
y tus besos de adioses y tus pasos largos, y quien lo pensaría,
es en las mañanas aquel momento,
que hasta duele tu voz al decir adiós.

Anoche entre sueños bañe en la gloria de tus besos;
y al oído susurrabas, entrecortadas, dádivas a nuestro efímero amor.

Se llenan así las noches de tus imágenes ausentes,
paseando entre mis sueños, oyéndote la voz lejana.
Ven amor perdido, devora junto a mí la noche entera,
deja que el fuego de tus entrañas,
sonroje la perfecta blancura de tu cara.

Anoche entre sueños bañe en la gloria de tus besos;
sumergí el alma entre tus abrazos y se quedó presa tras tu sonrisa.

Pregunto al cielo hasta cuando seré preso de tu voz,
cuanto más seré inquilino de mis sueños,
un danzante arlequín que se presta a este peligroso juego,
en el que el amor es la apuesta que,
por una reina de espadas, cupido perdió.

Anoche entre sueños bañe en la gloria de tus besos;
y nacía entre las lunas, fugaces estrellas que atestiguaban este amor.

Perdido entre el blanco cielo de tu piel
y la oscura ausencia de tu adiós.

Anoche entre sueños bañe en la gloria de tus besos;
y al oído susurrabas, entrecortadas, dádivas a nuestro efímero amor.

Solo quedan en mis mañanas tus murmullos,
adornando los pasajes eternos de tu ausencia.

Anoche entre sueños bañe en la gloria de tus besos;
sumergí el alma entre tus abrazos, y se quedó presa tras tu sonrisa.

Vuelvo pedir al infinito, que libere tu sonrisa,
para dejarla dormida noche tras noche junto a mí.

Anoche entre sueños, bañe en la gloria de tus besos;
Y en la mañana se despertó mi corazón adolorido,
dolor de verte partir, de tus besos de adioses,
y quien lo creería,
dolor de tu voz al decir adiós.


Ardes.