lunes, noviembre 15, 2021

Asuntos de lunáticos.


¿Te han hablado alguna vez de los secretos de la Luna? Muchos marchan por la vida haciendo alarde de su luz, regalándola, apropiándose de su imagen sin decoro. Sin embargo, son pocos los que a lo largo de la vida la encuentran compañera, más que amante y confidente, más que objeto de regalo.

Es así que solo muy pocos logran dar con ese espíritu ancestral que se despliega justo por estas noches septembrinas y pone los paisajes nocturnos de un sólido color mágico. Hay veces que lo hayamos buscando sus aretes en el fondo del mar, sirviendo de madrina de algún bebe abandonado a causas de los celos ciegos, o dándose un chapuzón en algún rio, mar o laguna, (apropósito, si la vieras nadando en Sonso por estas noches).

Pero bueno, son cosas de lunáticos, simplemente...

Aun que otro dato de la luna, que puede serte de interés, es su disponibilidad para alcahuetearle a sus amantes, de manera desinteresada, desde la magia de un beso, hasta el cálido pecado de pasiones innombrables. Y es que sabe dejar, en los más particulares lugares, citas inesperadas, sonrisas cautivadoras, paseos irrepetibles, suspiros a pie de boca y delicados brillos en los ojos cautivados, entre otros encantos más…
Es que, hasta cuando se las da de misteriosa y se esconde tras nubarrones nocturnos...

Pero bueno, como decía, son cosas de lunáticos simplemente...

Entonces, continuando, es así que se pasea todo el mes con su compañía, unos días desaparecida y después sonriendo con energía, a veces solo una sutil y casi imperceptible pincelada en el oscuro lienzo de la noche, otras una carcajada al universo, y por unos días la mejor luz para mis noches, para descubrir lunares, sonrisas, pieles… Porque es que todo cuerpo se ve mejor bajo luz de luna llena...

Entonces, entre la compañía, sus ahijadas, las largas charlas, los cuentos, las vivencias, las nostalgias, alegrías, pasiones y algunas indebidas compañías, aprendes a entenderle los secretos y aceptarle los obsequios...

Pero ya sabes, solo son cosas de lunáticos...
De amantes sobre el cuarto menguante…
De sombras que se materializan tras la sonrisa de un pecado…

Es así que Ella se introduce en mi cama todas las noches y reposa su existencia etérea junto al ático donde pernoctan mis pensamientos, aquel lugar de donde brotan cada uno de mis sueños. Y desde ahí, se va desvaneciendo poco a poco su presencia con cada imagen que brota de mi ser, pues como el aroma del jazmín en las noches, ella se impregna en cada sueño y cada idea.

Ella cruza mi ventana y se acuesta cada noche entre mis sueños, ella viaja hasta donde el mañana no alcanza; tomando mi mano, abrazando mi alma, ella camina con sus pies descalzos hasta el borde la colina y ahí, ahí me despoja de toda ansia y dolor, ahí me ama y me deja amarla a mi antojo y manera, ella viaja con cada suspiro y se me queda mirando fijamente a los ojos, ignorando el universo en que me convierte las noches.

Es así que me pierdo, entre las almohadas y las sabanas, entre su sonrisa, su mirada y su aroma; es así como me voy perdiendo en su conquista implacable de mis sentidos, como se apodera de mi atención, de mis preguntas, de mis ratos libres y mi no tan libres; es de esta manera que Ella está ahí, en la fina línea del adiós y la bienvenida, un poco incauta, otro tanto cómplice, mientras que yo sigo cerrando los ojos y dejando abiertas las ventanas de mi ático cada noche, tras verla sonreír.
 
En fin, simple y claramente son cosas de lunáticos…
 

No hay comentarios: